Rómulo Castro: Un trovador comprometido con la melodía, la armonía y la palabra

Raúl Rubio Guardia

Periodista y escritor

Especial para www.lobuenosedice.com

Rómulo Castro está convencido de que la música es “necesariamente divertimento, pero también razonamiento. Es un lugar en el que conviven el festivo Dionisios y el introspectivo Apolo, con espacio para todas las Ateneas y musas del Olimpo”.

Este trovador y compositor tiene 46 años haciendo de la música su vida. Desde entonces se ha inspirado en sus composiciones acerca de la vida humana, la individual y la colectiva, además de compartir escenarios con estrellas de renombre como Rubén Blades, con quien colaboró como compositor en el disco La rosa de los vientos.

Fundador y director del Grupo Tuira desde 1990, Castro accedió desde el extranjero (se encuentra de gira actualmente) a brindar una entrevista para este medio digital en la que hace un recorrido por su vida como músico y compositor, revela sus inicios en este ámbito y, entre otros puntos, brinda consejos a las nuevas generaciones que desean dedicarse al arte musical.

1-¿En qué momento usted empezó a involucrarse en el mundo de la música?

Provengo de una familia de académicos universitarios en la que la literatura, la música y el arte en general siempre fueron abundantes. Creo que heredé la musicalidad de la vertiente familiar materna, de origen valenciano (España), en la que sobre todo las mujeres suelen cantar y bailar, sobre todo música tradicional. Así que, desde edad temprana, escuchando música muy diversa, me fui adentrando en ese camino. Compuse mi primera canción “seria” a los 18 años, allá por 1976-77.

2-¿Por qué se decidió a ser músico?

La música y, en particular, la canción, siempre me parecieron una forma potente y alterna de ejercer docencia. Y si, además, tu audiencia se divierte escuchando y aprendiendo, pues mejor. La música, tomada en serio, no solo hace mover los pies, sino también el alma. Así que, motivado por los viejos aedos y trovadores que contaban historias cantando, me inspiraron por igual Homero, Juan de la Encina o Silvio Rodríguez. Bastan la voz y un instrumento musical acompañante: todo lo demás ayuda ―incluida la tecnología―, pero no determina.

3- ¿Qué representa para usted hacer música?

Un compromiso vital con la melodía, la armonía y la palabra. Recibes al nacer (o no) un don que puedes cultivar (o no). El talento es poco sin la disciplina y el conocimiento, sin la cultivada sensibilidad para percibir tu entorno y convertir (o no) esas sensaciones en información y arte. La música es necesariamente divertimento, pero también razonamiento. Es un lugar en el que conviven el festivo Dionisios y el introspectivo Apolo, con espacio para todas las Ateneas y musas del Olimpo.

4-¿En qué temas se inspira para escribir sus canciones?

Sobre todo, en mi entorno, cercano o lejano; en lo que sucede a mi alrededor. La vida humana, la individual y la colectiva, es un casi eterno ride (mientras dura) que te llena de breves alegrías (cuando sube), emociones encontradas, tristezas y reflexiones (cuando baja). Una canción siempre será un juicio subjetivo ―individual o generacional―, que se objetiva en la medida en que llega a la gente y se convierte en parte de ella. De algún modo, esas canciones que asumimos como propias van convirtiéndose en la banda sonora del film de tu propia existencia.

5-¿Cuál es su mayor inspiración?

La propia vida. La realidad y las expectativas de la gente. La certeza de que podemos superar a la tribu primitiva que llevamos dentro para convertirnos en seres mejores, solidarios y compasivos. Y, todo ello, desde la óptica personal (el amor) y la colectiva (la esperanza).

6-Háblenos un poco de su relación musical con el cantante y compositor Rubén Blades

La música del maestro Rubén Blades la conozco casi desde siempre. Al Rubén persona lo conocí empezando los años 90 del siglo pasado, en el contexto de su retorno a Panamá para la creación del Movimiento Papa Egoró. Yo era entonces socio del Bar El Zaguán que devino en el primer local de reunión de ese movimiento, y en donde surgió el sello discográfico Kiwi Records y seguramente la idea de lo que luego fue el propio disco de La rosa de los vientos, canción que compuse en 1990, a pocos meses de la invasión norteamericana del 20 de diciembre de 1989.

Rubén pidió entonces canciones inéditas a un nutrido grupo de cantautores panameños, yo incluido. Y, de aquellas demos en casete, luego seleccionó el material que incluir en ese y (en algunos casos) otros discos posteriores. Me tocó en suerte que seleccionara 6 de mis canciones: 2 de ellas las incluyó en La rosa de los vientos (1996), 3 en Tiempos (1999) y 1 en Son de Panamá (2015).

7-¿A quién o quiénes admira musicalmente?

En Panamá, sobre todo a Pille Collado, Cáncer Ortega y Rubén Blades. En Cuba, a Silvio Rodríguez y Pablo Milanés, junto a los precursores de la Vieja Trova y el Son Montuno, como Sindo Garay y Miguel Matamoros. En Brasil, a Chico Buarque y Caetano Veloso, entre decenas de otros autores. En Argentina a Charly García, Spinetta o Litto Nebbia (por cierto, hoy impulso proyectos conjuntos con Hernán Romero, joven trovador argentino residente en Madrid). En España, a Joan Manuel Serrat, Paco Ibáñez y Víctor Manuel San José. En África, a Salif Keita o Angelique Kidjo, entre tanto talento poco conocido.

En el mundo anglo, a Woody Wuthrie, Lennon-McCartney, Bob Dylan, Carole King, Sting, John Mayer y otros muchos.

8- ¿Cómo surge la creación del proyecto del grupo Tuira?

Ya componiendo canciones, mi sueño fue acompañarlas con un grupo musical. En 1977 fui parte del grupo Trópico de Cáncer y aprendí mucho del maestro Cáncer Ortega. Luego fui cofundador del grupo Liberación, formación que se mantuvo en nuestros años universitarios, para reinventarse a fines de los años 80 y devenir finalmente en el Proyecto Tuira, hoy Grupo Tuira. En la segunda mitad de los años 80 estuve en La Habana y organicé junto al amigo Alejo Martínez el grupo Arkanar, integrado por talentosísimos jóvenes músicos de la Escuela Nacional de Música y el Instituto Superior de las Artes. Aquella fue una gran escuela formativa.

Pero es el Grupo Tuira quien me acompaña desde 1990 y con el que he logrado exponer al público y grabar mi obra musical “adulta”. Y ese trabajo no hubiese podido hacerse sin gente talentosa y amiga como Luis Thomas, Marco Linares, Tony Martínez, Ormelis Cortez y tanto talento panameño.

9-Cuéntenos sobre la experiencia de haber participado en los álbumes La rosa de los vientos y Tiempos de Rubén Blades

Participé en esas obras como compositor, no como músico ejecutante. Pero agradezco infinitamente a Rubén por incluirme en esos proyectos: han contribuido a abrir algunas puertas antes clausuradas.

10-¿Cómo conoció usted al señor Luis Thomas?

Conocí a mi gran amigo y asociado Luis Thomas en el bar El Zaguán, allá por 1990. Entonces él dirigía a la banda rockera Extraños en la Casa Embrujada y el grupo Liberación, ya en tránsito a Tuira, no tenía tecladista. Así que esa misma noche Luis Arteaga y yo hablamos con Thomas, y el hombre aceptó el reto. Desde entonces se ha ido convirtiendo en el pilar motriz de la banda: arreglamos juntos las canciones que compongo (o las arregla el solo), dirige los ensayos, las graba, edita y produce. En tantos años nunca ha dicho NO a ningún proyecto, siempre que los considere relevantes, apropiados. Lo cierto es que, sin Luis Thomas, sin Marco Linares o Tony Martínez, no habría Tuira (o no sonaría igual).

11- Mensaje a las nuevas generaciones que buscan incursionar en la música

No decidas ser músico (en este caso, trovador o cantautor) si no te nace del alma. Solo serás bueno en ello si naces con talento, si (luego) sientes el impulso vital, visceral y, finalmente, si te dedicas a ello en cuerpo y alma, sin descansar los domingos y sin vacaciones programadas.

Si el objetivo es “ser famoso”, mejor prueba ser influencer. El éxito mediático llega o no, y no tiene nada que ver con la calidad de lo que haces. Conceptos como dinero y trascendencia resultan como vinagre y aceite y no se mezclan bien ni para las ensaladas.

No me opongo en absoluto al éxito: si llega, llega. Pero, en honor a la verdad, prefiero que mis canciones toquen y transformen almas, no cuentas bancarias.

12- Planes a corto, mediano y largo plazo (giras, conciertos, grabaciones, etc.)

Seguir haciendo lo que hago sin pausa desde hace 46 años: componer canciones y cantarlas junto al Grupo Tuira y allá “donde me lleve la vida”. Como ahora, en Buenos Aires y rumbo a Montevideo, junto a Hernán Romero y Los Artesanos. Y, de regreso a Panamá, a proseguir la Gira Nacional Identidad, junto al Grupo Tuira, con el auspicio del Ministerio de Cultura y la producción de mi buen amigo Jorge Luis Escobar, a través de su Tamayo Records. Luego, el 7.º disco del Tuira. Después, quién sabe.

Biografía

Rómulo Castro García

Panamá

Cantautor panameño con orígenes compartidos entre España, México y Cuba. Compositor de una extensa obra musical con eje en los problemas y esperanzas de su tiempo, en la que destaca su trabajo junto al tecladista y productor Luis Thomas y el Grupo Tuira, con los que ha editado los álbumes discográficos Herencia (Panamá, 1997), Amor a medias (Panamá, 1999), Travesías (Panamá-España, 2003), Intermedio (Panamá-Estados Unidos, 2009) y Multiverso (Panamá-Mundo, 2019).

En esta última obra participan más de cien músicos de Panamá y otros ocho países del mundo. Ha colaborado con Rubén Blades en los CD La rosa de los vientos (Premio Grammy, 1996), Tiempos (Premio Grammy, 1999) y Son de Panamá (Premio Grammy, 2015) con los temas musicales “La rosa de los vientos”, “(Hay un) supermercado en el semáforo”, “Encrucijada” (Tiempo de encrucijadas), “Tú y mi ciudad” (Mi tierra y tú), “El puente del mundo” y “Otra canción de amor”. Dos de sus canciones se incluyen en la antología inglesa de música centroamericana The Rough Guide to the Music of Central America, del World Music Network, editada en 2001. 

En 2006 publicó el libro-disco Palabra decantada, que incorpora los textos de 48 de sus canciones, complementados con comentarios e historias sobre sus razones de canto.

El CD que lo acompaña contiene 18 canciones, la mitad de ellas inéditas a la fecha, y fue grabado en vivo en el formato minimalista de guitarras y voces.

Rómulo ha presentado sus canciones en Panamá, Centroamérica, México, Cuba, República Dominicana, Venezuela, Colombia, Ecuador, Estados Unidos, España, Brasil, Israel, Argelia, Nueva Zelanda, Uruguay y Argentina, compartiendo escenario con artistas internacionales como Daniel Viglietti, Javier Ruibal, Guillermo Anderson, Malpaís, Danilo Pérez, Vicente Feliú, Joaquín Sabina, Rubén Blades y Joan Manuel Serrat.