EMPRENDIMIENTO

Traemos historias de emprendimientos y emprendedores. Cosas sorprendentes que ni te imaginas se están desarrollando en Panamá.

Ernestina Mendoza, artesana que vive entre las tradiciones

La historia de Ernestina Mendoza de 72 años es un ejemplo de lucha, de resistencia y perseverancia. Es beneficiaria del programa 120 a los 65 del Ministerio de Desarrollo Social (MIDES) y pertenece a un grupo selecto de artesanas de la provincia de Los Santos, que confecciona el mundillo, uno de los tejidos de alta costura y el más elaborado y costoso con la que cuenta la pollera panameña. Esta artesana también pertenece a ese grupo de mujeres valientes y aguerridas que han vencido el cáncer, además es un ejemplo del trabajo que viene realizando el Ministerio de Desarrollo Social (MIDES) por garantizar que los programas de asistencia económica lleguen de manera transparente a esa población vulnerable, en pobreza y pobreza extrema. El camino que ha transitado no ha sido fácil, pero hasta ahora ha superado cada prueba que le ha deparado la vida. “Debido a mi enfermedad dejé de atender a mis clientes, pero me mantuve tejiendo para mí, era como un escape, una especie de terapia, de redención, que me decía que tenía que seguir adelante, que sí podía vencer a la enfermedad”, explica esta artesana panameña que ha encontrado refugió en la costura para entender su diagnóstico de cáncer de cuello uterino, un golpe duro, pero que ante los pronósticos médicos decidió luchar y seguir adelante. «Fueron días, semanas y meses difíciles, cuando estuve en el Instituto Oncológico de Panamá (ION) pero siempre tuve respuesta y alivio para esos momentos». Una guardiana de la cultura En estas fiestas patrias, Ernestina, hace patria con la elaboración de mundillos, pero también preservando la práctica tradicional, promoviendo el fortalecimiento de la identidad cultural de la región y es un gran ejemplo de esa vejez activa que promueve el MIDES a través de la Coordinadora Nacional de Adulto Mayor. Elaborar un mundillo exige destreza y mucha paciencia, cualidades que Ernestina ha adquirido y perfeccionado con el tiempo. A diferencia de otras prendas, en el mundillo se emplean palitos de madera llamados bolillos, que se enrollan de acuerdo con el tamaño de la trencilla que se va a trabajar. Estas trencillas son empleadas en diversas polleras tradicionales, en vestidos estilizados, faldones, en camisillas, abanicos, sabanillas y muy utilizado en la camisa de montuna santeña, entre otros. ¿Cuántos bolillos se emplean para un encaje?, la respuesta varía. Para una trencilla ancha se utilizan de 40, 44 a 48 bolillos; para el piacillo, 20; en el ruedo, 24; para el melindrito, 14 y en el enjaretado se emplean 16. Ante la curiosidad de la piedra de río que está dentro del cilindro, Ernestina explica que esta pequeña roca se coloca para que su peso mantenga firme el cilindro y no se mueva al momento de realizar el trabajo. Pero lo complejo y difícil de este arte es darles forma a los encajes cruzando únicamente los hilos de los bolillos, y es aquí donde Ernestina revela su destreza, cruzando los palitos de madera con una facilidad que a simple vista pareciera que todos lo pueden hacer, pero en la práctica no es así. “Si quiere le enseño, pero le advierto que esto toma tiempo, un encaje puede exigir hasta seis meses de trabajo. Cada día hay menos mujeres realizando este tipo de costura”, advierte Ernestina. Esta santeña realiza trencillas de todo tipo: trencilla de boca, de corrales, pepiadas, fachenda, mixtura, plumilla, onda, bejuqueada, ojito de muñeca, de campo, entre otras. El mundillo es una técnica de tejido artesanal de influencia española. Aunque su arte se puede ver en muchas regiones del país, es en la provincia de Los Santos donde conviven la mayoría de sus artesanos. El MIDES adelanta que pronto brindarán capacitaciones a los beneficiarios de los Programas de Transferencias Monetarias Condicionadas (PTMC) con programas de artesanía y otros que les ayude a mantener una vejez saludable.

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Fabio González: artesano guarareño, que entre tinajeros promueve una vejez saludable

Desde el distrito de Guararé provincia de Los Santos, Fabio González, un artesano del programa B/.120 a los 65 del Ministerio de Desarrollo Social (MIDES) hace lo que más le gusta: elaborar y restaurar artesanías que en cada pedazo cuentan la historia de nuestro país. El día de este artesano inicia antes que salga el sol. Siempre mantiene una rutina muy sencilla: mantenerse activo con cualquier tarea, por muy sencilla que esta sea. Cree que el sedentarismo, es algo que trastoca la salud, por eso siempre está activo. La transferencia que recibe trimestralmente significa mucho para él, es la jubilación que nunca tuvo, pero que siempre mereció. Con la transferencia compra sus alimentos, medicamentos y artículos de primera necesidad. También tiene acceso a los servicios de salud, como parte de la corresponsabilidad que le exige el programa. Este santeño también es un restaurador. Recorre pueblos en busca de tinajas en desuso, no importa el estado en que las encuentra, él le dedica el tiempo que sea necesario hasta regresarle el brillo que una vez lució. Luego le diseña un hermoso mueble donde estas vajillas de barro recobran su esplendor. Fabio explica que las tinajas son parte de la historia de Panamá. Fueron unas de las primeras alfarerías que se utilizaban en las casas de quincha, que poblaron las regiones del interior del país. Fabio es un artesano empírico, autodidacta, que aprendió mirando un poco de aquí y de allá. Con el tiempo fue perfeccionado el pulso de su mano experimentada que recrea en la madera figuras diversas. Lo interesante en su arte es que cada pieza es única. Don Fabio elabora en sus artesanías figuras simétricas (que conservan la misma distancia y posición). También es un reciclador. Gran parte de sus piezas provienen de retazos de madera. Don Fabio diseña casitas de madera, pasa platos, cuadros de ajedrez, cajones y otras piezas. Es un experto en diseñar fascias y tragaluz, piezas que se instalaban en marcos de las casas, pero que hoy poco se utilizan. Y por eso se esmera en diseñarlas. “Las casas eran construidas con fascias y se colocaban tragaluces en los marcos para que las viviendas siempre estuvieran alumbradas, incluso en las noches claras las casas se mantenían con algo de luz”, explica González. El programa de 120 a los 65 promueve una vejez saludable En la provincia de los Santos, el MIDES brinda protección a 7,869 personas que, al igual que Fabio, trabajaron toda su vida, pero no pudieron cotizar para una jubilación o pensión. Karina De Gracia, directora del MIDES en Los Santos, se mostró orgullosa del trabajo que realiza Fabio González porque representa el rostro del hombre santeño, laborioso, servicial y orgulloso de sus raíces interioranas. Adelantó que están trabajando en un proyecto para brindar capacitaciones a los beneficiarios de los Programas de Transferencias Monetarias Condicionadas (PTMC) con el fin de enseñarles un nuevo oficio.

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Fuerza entre Costuras impulsa la inclusión económica de mujeres en Panamá

En un esfuerzo conjunto por promover la movilidad social de mujeres en situación de vulnerabilidad en Panamá, se consolidó la alianza «Fuerza entre Costuras», una colaboración entre Diageo, Simple AF, FUNDAMORGAN, Fundación Tac y la Fundación Max y Sarah Harari. Este proyecto tiene como objetivo ofrecer formación en moda sostenible, un enfoque que prioriza el uso de materiales reciclados, minimizando el desperdicio, creando prendas duraderas y promoviendo la economía circular. Al proporcionar las herramientas necesarias para facilitar la inserción laboral de sus participantes, «Fuerza entre Costuras» contribuye directamente a la inclusión económica de mujeres que enfrentan múltiples barreras. En su primera fase, 17 mujeres participaron en el programa aprendiendo a confeccionar accesorios a partir de materiales reciclados. Esta formación no solo les brindó nuevas habilidades, sino también la posibilidad de generar ingresos, lo que representa un paso crucial hacia la mejora de su calidad de vida. Leyka López, una de las beneficiarias del programa, compartió: «Fuerza entre Costuras me ha ayudado a valorarme más como mujer y a reconocer que soy capaz de lograr grandes cosas. Como mujer indígena Guna de Panamá, me siento profundamente orgullosa de saber que, con mis manos, puedo transformar materiales y crear oportunidades para mi futuro». Una de las primeras oportunidades de empleo formal generadas para las mujeres capacitadas fue la confección de 100 delantales, en colaboración con Simple AF y Diageo, los cuales fueron entregados a los jóvenes graduandos del programa ‘Learning for Life’. Este trabajo permitió a las participantes aplicar sus nuevas habilidades en un contexto real y tangible, marcando el inicio de su integración en el mercado laboral. Para los actores involucrados esta alianza no es solo una acción puntual, sino parte de un compromiso constante para fomentar la movilidad social y económica, priorizando la equidad de género, la inclusión y el desarrollo sostenible. «Fuerza entre Costuras es un claro reflejo de nuestro esfuerzo por generar un impacto positivo y duradero en las comunidades, creando oportunidades para todos a través de uno de los pilares de nuestra estrategia Espíritu de Progreso, como la Diversidad e Inclusión», mencionó Giuliana Venutolo, Gerente de Reputación de Diageo para Centroamérica y el Caribe.

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La historia de la mujer de la Comarca Ngäbe Buglé que logró educar a su hija con el programa Red de Oportunidades

Cuando Yaneth Ortega subió al estrado, no dudó en alzar su diploma con las dos manos y dedicárselo a su madre: “¡Este título también es tuyo, mamá!”. Al instante, recordó todos los sacrificios que hizo su progenitora, Isidora Carrera, para que ella pudiera asistir a la máxima casa de estudio: La Universidad de Panamá. Asistir a la universidad siempre fue el sueño de Yaneth, un deseo que parecía lejano, más cuando se vive en el corregimiento de Sitio Prado, en la Comarca Ngäbe Buglé, que presenta un 97.6% de incidencia de personas en situación de pobreza, de acuerdo con el Índice de Pobreza Multidimensional (IPM-C) a nivel de distritos y corregimientos elaborado por el Gabinete Social del Ministerio de Desarrollo Social (MIDES). El deseo de Yaneth parecía un gigantesco obstáculo, pero no para Isidora, quien movió cielo y tierra para que el sueño de su hija se hiciera realidad. Primero consiguió que se graduara en la Escuela Normal de Santiago, considerada la cuna de la educación panameña. Luego, hizo que su hija iniciara estudios en el centro regional de la Universidad de Panamá de la Comarca Ngäbe Buglé. En este camino, Isidora da gracias a Dios por haber ingresado a Red de Oportunidades, uno de los Programas de Transferencias Monetarias Condicionadas (PTMC) del MIDES. Y es que con la transferencia monetaria que recibía trimestralmente, pudo sufragar los gastos de movilización y alimentación de Yaneth. Igualmente, le ayudó para costear los múltiples trabajos e investigaciones que le dejaban los profesores a su hija. Orgullosa y con una sonrisa en su rostro, Yaneth entró a su casa forrada de zinc y sacó de un folder dos títulos que tienen estampado el sello de la Universidad de Panamá. El primero le otorga la Licenciatura en Educación Primaria y el segundo le confiere el Profesorado en Educación. “Estudie con mucho sacrificio. Mi madre me ayudó a conseguir este título, por eso le debo mucho. También le agradezco a la Red de Oportunidades, porque gracias a esa transferencia pude estudiar y convertirme en una profesional” Aclaró Yaneth, de 31 años, quien el próximo año competirá por una plaza como maestra en su pueblo natal. Confesó que estudió educación, porque quiere contribuir en la educación de su pueblo. Se siente privilegiada de lograr un título universitario, pero al mismo tiempo siente que tiene la obligación de compartir ese conocimiento con su gente. “Le puedo decir con seguridad que la educación y el trabajo es la única vía para salir del ciclo de la pobreza. Si yo pude superarme, todos pueden. Soy un ejemplo de que, con voluntad y oportunidades, podemos lograr el éxito” Enfatizó Yaneth, quien es madre de dos hijos. La Red de Oportunidades genera emprendimientos: Isidora, de 53 años y madre de seis hijos, cree que los Programas de Transferencias Monetarias Condicionadas (PTMC) deben utilizarse para crear oportunidades. No basta recibir el dinero sin darle un buen uso, es necesario emprender, para así no depender, únicamente, del apoyo que brinda el Gobierno Nacional. Con la asistencia técnica que recibió del MIDES, Isidora cultiva gran parte de los alimentos que consume. Tiene un pequeño estanque de tilapia con 200 peces que le proveen de proteína. También cultiva conchas, que ella prefiere prepararlas guisadas. Además, cosecha plátanos, yuca, otoe y maíz. Igualmente, con las transferencias de la Red de Oportunidades compró unos pollos que, con el pasar de los años, se han multiplicado. Regularmente, los vecinos van a su casa para comprarles gallinas y huevos. Este emprendimiento le genera ingresos para cubrir sus gastos básicos. Isidora se describe así misma como una mujer privilegiada por todo lo que ha logrado, principalmente por su hija, que es una profesional gracias a las transferencias que le ha otorgado el Gobierno Nacional. Los PTMC empoderan a las mujeres rurales: La ministra del MIDES, Beatriz Carles de Arango, precisó que la historia de Isidora confirma que los Programas de Transferencias Monetarias Condicionadas (PTMC) están dirigidos a atacar la pobreza y la vulnerabilidad en el país. “Las mujeres en la Comarca Ngäbe Buglé tienen un rol protagónico y ejercen un liderazgo que estamos aprovechando para empoderarlas y ayudarles a que sean protagonista de un desarrollo sostenible” Precisó la ministra Carles de Arango.

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Jóvenes competirán por su emprendimiento juvenil el 1 de febrero

Doce estudiantes de las diferentes regiones educativas del país participarán del Primer Concurso Nacional de Emprendimiento Juvenil, organizado por la Fundación Emprendamos, con apoyo del Ministerio de Educación y aliados estratégicos, con el objetivo de promover la innovación y apoyar ideas con potencial de impacto comunitario y nacional. “lo más importante para nosotros es que nuestros estudiantes, profesores, administrativos y técnicos de todos estos centros educativos del país, puedan dar lo mejor de sí y esta iniciativa que inicia hoy siga adelante en las siguientes administraciones”. Dijo Guillermo Alegría, director General de Educación Esta iniciativa, avalada por el MEDUCA, ha sido posible gracias a la cooperación y patrocinio del CAF -Banco de Desarrollo de América Latina y el Caribe, además de un nutrido grupo de empresas del sector privado. El concurso se realizará el próximo 1 de febrero a las 8:00 pm en el Ateneo de la Ciudad del Saber. “mi proyecto se llama Vida Verde y consiste en la preparación de sustrato para el cuidado de las plantas. Exhorto a todos los jóvenes a motivarse a participar de este proyecto y aprender del emprendimiento, porque nos enseña muchas cosas como la planificación, la perseverancia, tolerancia, el fracaso y nos permite poder obtener todas las metas y propósitos que tengamos en nuestra vida”. El representante del IPT Bocas del Toro, Dionicio Owens El concurso forma parte de una serie de esfuerzos estratégicos para fortalecer el ecosistema emprendedor del país que inició en el 2023, en 17 centros educativos con la participación de 12,000 estudiantes en 12 regiones educativas. Durante el proceso previo al Concurso Nacional se realizaron competiciones en cada colegio y luego en cada región. “Es un honor para nosotros ser parte de este importante momento para todos nuestros talentos. Estamos comprometidos con la visión de un futuro en que nuestros jóvenes, no solo heredan un mundo de oportunidades, sino que también tienen las herramientas para crearlas, » afirmó, Moisés Cohen, presidente de fundación Emprendamos. Lucía Meza, representante del CAF en Panamá, resaltó la importancia de la colaboración en este concurso: «el emprendimiento es el motor de crecimiento económico y social en Panamá y América Latina. Estamos orgullosos de apoyar una iniciativa que promueve competencias esenciales para el desarrollo profesional de los jóvenes y el progreso de nuestros países».

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