LosSantos

Agripina Domínguez, la abuela santeña que confecciona polleras

Agripina Domínguez lleva más de 60 años dando cátedra de cómo se confecciona el traje típico más bello del mundo: la pollera.Cursó hasta sexto grado, pero en temas de costura es toda una institución. Sus vestidos se han lucido en grandes escenarios, como el del Festival Nacional de la Pollera, concursos y otras fiestas regionales de nuestro país.Trabaja con herramientas básicas: aguja, carretes de hilos, telas y un secreto que solo se revela cuando sus manos se combinan. Agripina nació el 3 de junio de 1943, hace 80 años, pero sigue lúcida como en sus años mozos. Lo demuestra cada vez que ensarta el hilo en el ojal de la aguja, lo hace al primer intento y con una precisión de cirujano. La costura la lleva en los genes. Esta modista santeña es madre de siete (7) hijos, con 14 nietos y ocho (8) bisnietos.Actualmente, es beneficiaria del programa B/. 120 a los 65 del Ministerio de Desarrollo Social (MIDES) y una orgullosa artesana que hace patria con su arte. Es una de las pocas mujeres en su pueblo que diseña la pollera de gala, la montuna santeña y la pollera blanca de lujo, entre otras.Cada uno de estos vestidos demanda una técnica depurada, que solo se consigue con la experiencia que consagran los años. Confeccionar una pollera es un trabajo complejo que exige mucha dedicación, paciencia y tiempo, por el hecho de que la mayor parte de su elaboración se realiza a mano.Para esta modista, la costura es un trabajo de jornada completa. Su día es parecido al de cualquier trabajador. Se levanta a las 5:00 a.m., toma una taza de café y a los primeros rayos del sol inicia su jornada extendida. A esta artesana no la gobierna la manecilla del reloj. Está consciente que su trabajo puede tardar meses, inclusive años, porque para ella lo más importante es que, quien se ponga el traje típico nacional, se vea radiante y hermosa.Su trabajo puede apreciarse cuando la afortunada mujer luce la prenda. Al momento que toma los bordes de la falda y la extiende para bailar, se puede admirar la joya que Agripina confeccionó con tanto amor. Agripina explica que la labor de la pollera se hace en un solo color o en varios colores, siempre sobre tela blanca, en coordinación con los encajes de mundillo, los cuales son hechos a mano y ha pedido para la pollera específica. La pollera se complementa con un enjaretado que se hace en el cuello de la camisa del vestido, con lanas que terminan en un pompón delante, en el pecho de la mujer y otro en la espalda, en un color totalmente contrastante. Una pollera lleva grabadas figuras como: flores, rosa, bejucos, dibujos abstractos y ramos bien definidos. Agripina asegura que estos detalles complejos, hacen de la pollera el vestido típico más hermoso del mundo. Para ella, no hay traje que irradie tanta belleza como la pollera. El amor por la polleraDoña Agripina pertenece a una exclusiva generación de mujeres que aprendieron a tejer empíricamente, sin asistir a un curso, sin la ayuda de instructores, sin clases tutoriales. Simplemente, prestaron atención y aplicaron la vieja técnica del ensayo y error.Hay mucha historia corriendo entre las manos de Agripina. Se cree que la pollera deriva del vestido español del siglo XVI o XVII. Fue heredado, pero de una forma más simple y sencilla, por los substratos medios y bajos de la sociedad para sus faenas diarias o para ir a las celebraciones de las regiones donde vivían.A pesar de su avanzada edad, Agripina afirma que seguirá elaborando polleras, porque disfruta de este trabajo. En beneficio de las personas mayores La historia de Agripina es parecida a la de las 122,312 personas adultas mayores, que trabajaron toda su vida en la informalidad y que nunca pudieron acceder a un programa de jubilación o pensión.Solo en la provincia de Los Santos existen 7,914 personas adultas mayores bajo la protección del programa B/. 120 a los 65, que les permite a sus beneficiarios acceder a la compra de alimentos, medicamentos y artículos de primera necesidad.

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La fragua de Eduardo

Las Palmitas, es un pequeño pueblo Santeño, esos que huelen a campo, a leche fresca, a sonrisa amable y fácil, a conversaciones largas en un alero mientras se toma una taza de café con la familia. Allí nació y creció este joven artesano, a quien el arte lo sorprendió por medio de su pasión por la historia. De la lectura del Siglo 15, pleno florecimiento de la época Renacentista pasó a la forja española, y poco a poco lo envolvió y lo atrapó ese ambiente antiguo que quiso mantener vivo, no solo en el papel de los libros leídos, sino a la realidad de su propio taller. Con la historia, se le abrió un nuevo mundo de posibilidades, la mayoría de ellos objetos cuyo uso práctico permanece en el pasado pero adaptable a la realidad, aunque pareciera que cuando está inspirado no le interesa si se vende, solo la satisfacción personal de confeccionar y regresar a la vida obras que hace cientos de años tuvieron un uso. Eduardo González comenzó su recorrido solo con lo que leyó y vio en las historias que leía y de allí de Las Palmitas de Los Santos, hoy sueña con seguir sus estudios en España, a través de una beca a la que acaba de aplicar. Eduardo practica la forja artesanal, cuyo trabajo consiste en dar forma al metal por medio del fuego y del martillo. Solo, se hizo poco a poco de su propio taller, confeccionó uno a uno las herramientas fundamentales, una fragua para calentar los metales, tenazas y martillos y el yunque que soporta el golpe y el calor en donde va moldeando cada pieza. Aún no llega a los 30 y encontrarse de frente con esta oportunidad, que viene de la mano de su Gran Maestro Ramón Recuero, a través de la Beca Donald Gray de las Artes de la Construcción 2022, sería el merecido premio al esfuerzo de tantos años. Ramón Recuero, es de esos Maestros que encontró en la forja una vida pasada que quiso volver a construir, dio vida no solo a obras pasadas sino a un pueblo entero de la España rural que ya estaba destinado como tantos otros a ver marcharse a sus pobladores; hasta que llegó el maestro Ramón en 1990 y hoy vuelve a tener vida. Estudiantes, otros artesanos, el yunque, el fuego y el martillo se escuchan por doquier, gente que va y viene atraídos por las clases de Ramón que en YouTube atraen a miles de jóvenes. San Antonio de Toledo, vuelve poco a poco a la vida, al igual que en el pueblo de Las Palmitas lo hacen las obras de los espaderos antiguos, cuchillos, martillos, punzones, tajaderas de yunque, puertas, veleros, candelabros, cuchillos de cocinero, van abriéndose espacio en las manos de un artesano soñador y decidido. Eduardo, quiere al igual que Ramón, enseñar a otros. Anhela que la educación formal panameña incluya nuevamente la forja artesanal y la artística, para que este arte nunca muera. Por lo pronto, ya comienza a enseñar a otros, en el 2021 encontró en un herrador de caballo su primer estudiante, orgulloso relata cómo se hicieron de todas las herramientas necesarias para el oficio, por primera vez, él era el maestro Allí en una casa que data de 1946, elaborada con tierra y paja, instaló su taller, con el calor del cariño de sus antepasados, labrando su futuro y el de su familia, soñando sí, como cualquier joven, pero haciendo, trabajando, esforzándose por ser mejor. La historia y el camino de Eduardo se sigue construyendo como su fragua, de a poco, con la mirada a lo lejos, pero el corazón en Las Palmitas, el pueblo pequeño en donde creció y en donde quiere ver crecer a su hijo. En Artesanos de Panamá, nos satisface y nos impulsa a continuar, talentos y obras artesanales como las de Eduardo, sus candelabros, mesas, espejos, porta vinos y en general una magnífica variedad de creaciones hechas a mano.

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MiAMBIENTE impulsa el fortalecimiento de unas 250 hectáreas reforestadas

El Ministerio de Ambiente (MiAMBIENTE), a partir de octubre próximo, iniciará las actividades de mantenimiento silvícola en diversos puntos de la geografía nacional en donde se ha realizado reforestaciones durante los últimos tres años. La iniciativa forma parte del Programa Nacional de Restauración Forestal (PNRF), que tiene un enfoque de monitoreo en ocho provincias (Darién, Panamá, Panamá Oeste, Coclé, Herrera, Los Santos, Veraguas y Chiriquí) y la Comarca Ngäbe – Buglé. En esta primera etapa se trabajará en aproximadamente 250 hectáreas. “ El mantenimiento incluye labores de reposición de plantones, rodajeo, control de plagas, fertilización, ronda corta fuego, limpieza de selectiva u homogénea, y la selección de las especies dependiendo del lugar” Explicó Epifanio Gonzalez, técnico general Entre los hallazgos, durante las inspecciones técnicas, se evidencia que los plantones compiten con las malezas, lo que está provocando que no se establezcan de forma correcta, he allí el requerimiento de asistencia para garantizar su crecimiento. Cristhiam Aizprúa, Técnico Extensionista forestal, sustenta que en la provincia se trabaja, por ahora, en polígonos reforestados en Las Lajas, La Meseta de Chorcha, La Mina, Chorcha Abajo, San Lorenzo, El Bongo, San Miguel del Yuco, Celmira y Las Azules Estos puntos seleccionados se caracterizan por ser puntos reforestados entre los años 2020, 2021 y 2022, con algunas excepciones; y no forman parte de los Planes de Compensación. “Con esto buscamos que esos plantones se mantengan en campo y se conviertan en reforestaciones exitosas; los árboles en su primera etapa de vida necesitan más cuidado y ese es nuestro objetivo” aseguró Arisleyda Batista, enlace provincial del proyecto. El vivero en MiAMBIENTE Chiriquí tiene la producción de 38 especies de árboles maderables, no maderables, frutales, ornamentales; algunas de las especies con importancia en la protección de las fuentes hídricas. Al finalizar esta etapa, se perfila continuar con otras 400 hectáreas en el país.

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Colonenses ganadores del concurso manuel f. Zárate y Dora f. de zárate

Oriundos de la provincia de Colón, Nolis Boris Góndola Solís y Eduardo Antonio Hansell Chifundo fueron los triunfadores de la Condecoración Orden Manuel F Zárate y el premio Dora Pérez de Zarate, respectivamente. En un acto lleno de emotividad y que contó con el ingrediente folklórico de los Auténticos Manitos Ocueños”, en este “Día Mundial del Folklore” fecha propicia para anunciar a los ganadores, quienes recibirán la premiación oficialmente en el histórico estrado del Festival Nacional de la Mejorana que se realizará el 24 de septiembre en Guararé, provincia de Los Santos. El Premio Dora Pérez de Zárate tiene la finalidad de reconocer a las personas que han contribuido con el estudio del folklore panameño mediante ejecutorias, documentaciones e investigaciones que ayuden a continuar con la visión zaratista. “me enorgullece haberlos convocado a esta la casa de la Cultura de Panamá, para anunciar – por primera vez en la historia de esta premiación- a los acreedores de los Premio Dora Pérez de Zárate y la Condecoración Orden Manuel F. Zárate, en el marco del Día Mundial del Folklore” Comentó la titular de MiCultura, Giselle González Villarrué al referirse a esta premiación En tanto los ganadores del concurso, Hansell Chifundo y Góndola Solís no ocultaron la emoción de haber sido escogidos como los ganadores, señalando que han dedicado una vida a la investigación y promoción de las diferentes expresiones folklóricas del país nacional e internacionalmente.

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