25 de julio de 2022

Se aprueba nuevo Plan de Manejo para el área protegida de la Cordillera de Coiba

Panamá amplió el área marina protegida de la Cordillera de Coiba de 17 mil a 68 mil kilómetros cuadrados aproximadamente, cumpliendo anticipadamente con la meta de la “Iniciativa 30×30” del Marco Mundial de la Diversidad Biológica de proteger el 30% de las áreas marinas del país para el 2030. Menos de un año después, en febrero de 2022, el biólogo marino del Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales (STRI) Héctor Guzmán, junto a un equipo consultor multidisciplinario, entregó el plan de manejo final para el área protegida ampliada que fue recientemente aprobada por el Ministerio de Ambiente de Panamá, según resolución número DM-No. 0089-2022 del 3 de marzo del 2022. El área protegida ampliada de la Cordillera de Coiba, ubicada a 100 km al sur del Parque Nacional Coiba, es única en que cuenta con varias cadenas montañosas submarinas llenas de mucha biodiversidad por descubrir. Es un ecosistema que resguarda catorce especies de mamíferos marinos que la usan como zona de migración y alimentación, como la ballena azul, el cachalote y el rorcual del norte, además de tortugas marinas, peces picudos, tiburones y otras especies, en su mayoría vulnerables o en peligro de extinción según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza. La ampliación del área marina protegida de la Cordillera de Coiba mejora la conectividad del Corredor Marino del Paciìfico Este Tropical, fortaleciendo la conservación y el uso sostenible de las aguas protegidas entre Isla de Coco en Costa Rica, Galápagos en Ecuador, Malpelo y Gorgona en Colombia y Coiba en Panamá. “Meses de arduo trabajo con nuestro equipo consultor y más de 20 consultas ciudadanas nos permitieron diseñar y justificar la extensión y el Plan de Manejo del área protegida Cordillera de Coiba”, dijo Guzmán. “Gracias a los fondos de la Fundación Wyss y STRI y al apoyo de la Fundación MissionBlue, la Red Migramar y las autoridades locales por hacer posible esta labor”. “Fue una experiencia nueva para mí el poder coordinar con Héctor este esfuerzo de conservación tan grande para Panamá, y lo logramos” dijo Marco Díaz, coordinador general del equipo consultor. El plan prohíbe completamente la pesca en dos terceras partes del área protegida, y en el tercio restante permite únicamente la pesca sostenible, como por ejemplo la pesca conocida como caña y línea que deberá regularse apropiadamente. Eso reducirá la pesca incidental de especies migratorias, la cual pone en peligro la salud de los océanos. También propone una zonificación de usos novedosa y dinámica que debe reevaluarse cada dos años en adaptación al cambio climático y manejo pesquero, así como una gestión del plan de manejo basada en un comité de gobernanza balanceado, conformado por representantes de los distintos grupos locales e internacionales interesados. Entre otras cosas, el comité velará por la aprobación de las investigaciones científicas en la zona, establecerá las políticas de conservación y uso sostenible del área protegida y gestionará ayuda para el cumplimiento de sus objetivos y el mejoramiento de sus condiciones. “Gracias al consorcio Blue Nature Alliance pudimos conseguirle fondos adicionales a Panamá para establecer por primera vez en el país un sistema de monitoreo satelital de la flota pesquera, que permita erradicar la pesca ilegal y controlar la legal. Esta será un área genuinamente protegida” dijo guzzmán Para el director de STRI, Joshua Tewksbury, es motivo de orgullo que el Instituto haya sido parte del equipo interinstitucional multidisciplinario que desarrolló con tanta dedicación la justificación para la expansión y el plan de manejo para el área protegida ampliada de la Cordillera de Coiba y espera continuar realizando colaboraciones basadas en la ciencia que permitan al país alcanzar otros hitos en pro de la sostenibilidad.

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Panamá ganó tres menciones de honor en Olimpiada de Matemática 2022

Un grupo de estudiantes panameños recibieron tres menciones de honor por haber resuelto un problema de forma completa en la Olimpiada Internacional de Matemáticas, celebrada recientemente en Oslo, Noruega del 6 al 16 de julio. Las menciones de honor fueron obtenidas por los estudiantes Adrian Frauca, Jorge Liu y Eidrian Pérez, con la coordinación del líder Leonel Castillo y colíder Luis Gabriel Peña, quienes se encargaron de la defensa de los puntos obtenidos por los jóvenes. Los chicos que participaron pertenecen al Programa de Entrenamiento a Jóvenes Olímpicos que desarrolla la Fundación Olimpiada Panameña de Matemática, quienes han estado preparándose desde hace varios años para este tipo de competiciones. La Olimpiada Internacional de Matemáticas es una competencia para estudiantes de secundaria que se lleva a cabo anualmente. En este evento, participaron cerca de 600 jóvenes provenientes de 104 países del mundo. Representando a Panamá, participaron los alumnos Adrian Frauca, Jorge Liu, Eidrian Pérez y Ana Maza. Estos cuatro estudiantes pusieron a prueba sus conocimientos y habilidades en la resolución de problemas matemáticos que, para su resolución, se requiere un toque de ingenio. “es importante resaltar el trabajo de los alumnos, sus padres, instructores y la fundación. Felicitamos a nuestros representantes panameños que compitieron en esta olimpiada, la más exigente a nivel mundial”. Indicó la profesora Lydia Burgoa, presidente de la Fundación Olimpiada Panameña de Matemática El Programa de Entrenamiento a Jóvenes Olímpicos convoca a los ganadores de la Olimpiada Panameña de Matemática e inicia cada año con el Campamento Matemático en el mes de enero y luego continúa con sesiones sabatinas durante el periodo académico. Cuenta con un grupo de instructores que brindan a los chicos conocimientos y estrategias para resolver problemas de álgebra, teoría de números, combinatoria, geometría, entre otros.

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Profesionales panameñas forman parte de las «100 Mujeres más poderosas 2022» de Centroamérica, de revista «Forbes»

La revista Forbes dio a conocer su lista de las “100 Mujeres más poderosas 2022” de Centroamérica, en la que un total de 25 panameñas fueron protagonistas debido a su trayectoria profesional e impacto positivo en la sociedad en diversos sectores productivos. De estas, siete representan en el listado el campo de la ciencia y cuatro, el de la ingeniería. La portada de la revista fue engalanada por la emprendedora Min Chen, CEO de Wisy, plataforma de inteligencia artificial que en sus fases iniciales mereció el Premio Nacional a la Innovación Empresarial 2020, de la Secretaría Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (Senacyt) y la Cámara de Comercio, Industrias y Agricultura de Panamá. Wisy, recientemente, fue seleccionada como el emprendimiento del año en la competencia Innovation Path dentro de la convención Cloud Wars Expo, realizado en el Centro de Convenciones Moscone, en San Francisco, California, EU. “Forbes se une al esfuerzo de visibilizar la posibilidad, el desarrollo, el éxito y los reconocimientos para mujeres centroamericanas que se han desenvuelto en las áreas STEM, acrónimo de los términos en inglés Science, Technology, Engineering and Mathematics”, cita la nota de portada de esta edición dedicada a exaltar el camino de laureadas ingenieras, científicas, emprendedoras, así como escritoras, deportistas, juristas, artistas, etc., de México, Guatemala, Honduras, Nicaragua, El Salvador, Costa Rica y Panamá. La ingeniera Yessica Sáez, quien es investigadora y docente de la Universidad Tecnología de Panamá (UTP), es una de las damas destacadas tras convertirse en la primera panameña en pertenecer al Comité Mundial de Women in Communications Engineering. Además, esta ex becaria de la Senacyt recibió en el premio Joven Profesional de Latinoamérica por el Instituto de Ingenieros Eléctricos y Electrónicos (IEEE). Alexandra Guzmán Bloise, científica y oceanógrafa, también forma parte del listado por su trabajo a favor del medioambiente, el salvamento de los ecosistemas y la conservación de los mares, ya que se desempeña como técnica en investigación en el Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales. Otra mujer reconocida por la revista es Ilya Espino de Marotta, al ser líder de la ampliación del Canal de Panamá, quien en su cargo de subadministradora implementó a principios de año la normativa para la restricción de paso de buques, que, ante la elevada demanda de la industria, incrementa dimensiones cada vez más. Así mismo, la neurocientífica Gabrielle Britton es una de las protagonistas de la lista, quien al estar al frente de la Iniciativa de Investigación enfocada en el Envejecimiento en Panamá lidera el desarrollo de estudios de enfermedades neurodegenerativas, deterioro cognitivo y Alzheimer para apoyar el desarrollo de políticas públicas orientadas a mejorar la atención e la salud pública geriátrica. Otra panameña “poderosa” es la ingeniera Dafni Mora Guerra, investigadora y docente de la UTP, ex becaria de la Senacyt, quien ganó el Premio Nacional L’Oréal-UNESCO “Por Las Mujeres en la Ciencia 2021” por liderar un proyecto enfocado en evaluar el rendimiento energético en edificaciones e impulsar el uso de energías limpias para el desarrollo y global. El listado también cuenta con el perfil de la investigadora Carmenza Spadafora, doctora en bioquímica del Instituto de Investigaciones Científicas y Servicios de Alta Tecnología, quien ha dedicado esfuerzos a entender cómo funciona el parásito que causa la malaria, uno de los retos más importantes de su carrera. Este año fue condecorada con el Premio al Mérito Victoriano Lorenzo por su aporte a la nación, y ha sido nombrada como una de las diez mujeres más importantes en la historia de Panamá. Así mismo, el trabajo de la ingeniera ambiental Nathalia Tejedor es realzado en esta edición por su labor para la conservación de los manglares panameños. Su oficio la llevó a ser considerada por la empresa 3M como una de las 25 mujeres científicas latinoamericanas destacadas. La epidemióloga Amanda Gabster del Instituto Conmemorativo Gorgas de Estudios de la Salud también ha sido destacada por Forbes por sus investigaciones en salud pública relacionadas al comportamiento del virus de inmunodeficiencia humana en las comunidades más pobres del país. Ella consiguió que la Casa de Paz de Muná postulara el carácter obligatorio de la distribución de preservativos y la enseñanza de uso correcto. La ingeniera Alexandra Montenegro, del departamento de ingeniería biomédica en el hospital The Panama Clinic, fue incluida en la lista por su labor como agente inspiracional en áreas como diseño, innovación, desarrollo, investigación y voluntariado. La ingeniera Tania Ábrego, ganadora del premio Outstanding Student and Young Professionals Activities Supporter, otorgado por el IEEE, también fue reconocida por la revista. Otras mujeres panameñas “poderosas” son: Hena González de Zachrisson (letras), Damaris Young (deporte), Marcela Galindo de Obarrio (negocios), Julieta Del Castillo (arte), Ilda Mason (artes), Giselle González Villarrué (comunicaciones), Sara Omi Casamá (derechos humanos), Niurka Montero (negocios), Emily Santos (deporte), Jovana Ríos (derechos humanos), Sandra Miró (negocios), Patricia De León (entretenimiento) y Gianna Woodruff (deporte).

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Ingeniero panameño recibe premio “Senior Scholars” en universidad de Estados Unidos

La dedicación del joven ingeniero panameño Aldaly Aldair Pineda fue reconocida con el premio a la excelencia académica “Senior Scholars” por la Universidad de Arkansas en Fayetteville, Estados Unidos, donde cursaba la carrera de Ingeniería Química como becario de la Secretaría Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (Senacyt). Pineda, de 24 años, es un joven procedente de Santiago, provincia de Veraguas, de padres educadores e interesado por la ciencia, quien se graduó con honores por mantener índice académico de 4.0 y haber completado clases de honores a lo largo de su carrera, además de la elaboración de su tesis. “Ingeniería química es la aplicación de la ingeniería en procesos químicos en alta gama y escala, utilizando procesos de separación, controles, termodinámica, transferencia de calor y de masa; todo esto conlleva a resultados eficientes y seguros” explica Pineda. Durante sus estudios secundarios, Aldaly destacó por su participación en las Olimpiadas de Matemáticas, representando al colegio José Santos Puga de Santiago, y desde aquella oportunidad en el que obtuvo mención honorifica a nivel nacional, inició su interés por la ciencia. Asimismo, su afinidad y curiosidad por el saber lo llevaron a involucrarse en las Olimpiadas de Física y Química, en las cuales alcanzó mención honorífica y medalla de bronce, respectivamente, siendo estudiante del Instituto Urracá en Veraguas. “El objetivo de participar en competencias científicas era aprender más sobre ciencia”, menciona. La oportunidad de estudiar en el exterior surgió luego de conocer en 2014, la Convocatoria de Becas de Pregrado de Excelencia para Colegios Oficiales que desarrolla la Senacyt y el Instituto para la Formación y Aprovecho de Recursos Humanos, y aplicar en 2016. “Realicé mi ensayo personal, mantuve las calificaciones para aplicar a la beca con el único objetivo de realizar mis estudios superiores en un área científica”, expresa. “Mi experiencia en el exterior fue incomparable, pues logré cambios a nivel personal y profesional. Desde que llegué a Fayetteville en el verano de agosto del 2017, aprendí de otras culturas, comencé a implementar nuevos cambios para mejorar como persona y reconocer el mundo real; maduré gracias a la experiencia” comenta Pineda. Sus primeros pasos en investigación científica se dieron en el área de la salud, analizando las funciones del cuerpo a través de la termodinámica para dar a conocer a las empresas que trabajan con procesos biomédicos los conocimientos sobre cómo funciona el cuerpo humano y así producir células o insumos a escalas. Igualmente, fue asistente de un estudiante de doctorado, con quien colaboró en investigaciones relacionadas al área de biomateriales; en esta ocasión replicó sistemas biológicos del cuerpo humano para encontrar la manera en que las células sobrevivieran a los tratamientos de cáncer. Otro proyecto tratado por Pineda estuvo relacionado con la difusión en agua, experimento con transferencia de calor y masa, con el cual elaboró su tesis de grado. “La tesis era básicamente estudiar la sal hasta que hubiese difusión con el agua y conductividad para comprobar que el coeficiente de difusión concordara con el teórico”, manifiesta. Como planes futuros, seguirá sus estudios en el extranjero esta vez en un doctorado en Ingeniería Química en la Universidad de Texas en Austin Estados Unidos, tras hacerse acreedor de una beca de dicha institución académica por sus buenas calificaciones. Además, mientras estudia dicho doctorado, planea efectuar sus primeras publicaciones científicas y cumplir su sueño de ser un investigador.

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Intimando con el manglar

Las especies de corales tropicales pueden haber encontrado un hábitat alternativo donde prosperar frente al cambio climático En un día cualquiera entre 2016 y 2019, se le podía encontrar a Heather Stewart buceando entre los manglares del archipiélago de Bocas del Toro, en la costa caribeña de Panamá. Durante años visitó estos bosques costeros que marcan el límite entre la tierra y el mar, tratando de comprender por qué algunos corales habían empezado a crecer dentro de ellos. Los corales y los manglares crecen cerca los unos de otros en los ecosistemas costeros tropicales, pero encontrarlos compartiendo el mismo hábitat parecía tratarse de un rasgo evolutivo que ameritaba una explicación. La ex becaria de doctorado del Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales (STRI) y ahora asociada postdoctoral en restauración de manglares de la Universidad de las Islas Vírgenes, exploró 29 lugares donde coexisten los manglares y corales. Descubrió que a los corales les iba mejor en grandes bosques de manglares inundados, con abundante flujo de agua de mar. En cambio, las zonas con gran afluencia de agua dulce o con mayores niveles de impacto humano —desarrollo de la tierra y contaminación— eran inadecuadas para los corales. “Creemos que es importante contar con un sistema de clasificación global de los hábitats en que manglares y corales coexisten, porque durante casi un siglo se ha sabido que estos sistemas existen, pero la comunidad científica los ha ignorado en gran medida. Ahora, con todas las amenazas a las que se enfrentan los corales, desde el calentamiento y la acidificación de los océanos hasta la contaminación y la sedimentación, los corales son cada vez más susceptibles a las enfermedades. Por ello hay un mayor interés en estos posibles refugios que puedan ayudar a la supervivencia de los corales en el futuro” dijo Stewart Sus análisis, publicados recientemente en la revista PLOS One, describen cuatro tipos de hábitats en que los corales coexisten con los manglares: en lagunas, a lo largo de arroyos, en el borde de los manglares o completamente bajo la sombra del dosel de los manglares. Estos hábitats son también bastante diversos, con unas 130 especies de corales viviendo en ellos. “Revisitar la literatura histórica en busca de descripciones de CMC nos ayudó a comprender la visión holística que necesitábamos para clasificar los sistemas nos inspiramos en los primeros sistemas de clasificación de bosques de manglar y corales, y tratamos de adaptar su simplicidad en nuestra propia clasificación. Queríamos que los tipos fueran lo suficientemente específicos para establecer una distinción entre ellos, pero también lo suficientemente sencillos como para que pudieran aplicarse con facilidad en el campo” Añadió Rafael Araújo, coautor del estudio e investigador asociado senior en el Departamento de Biología Marina y Ecología de la Escuela Rosenstiel de Ciencias Marinas y Atmosféricas de la Universidad de Miami. Garantizar la supervivencia de los corales es crucial para la salud de los océanos, ya que albergan aproximadamente un tercio de todas las especies marinas. Los manglares son hábitats igualmente importantes que sirven de viveros para miles de especies, mantienen la calidad del agua y protegen los entornos costeros de la erosión y las tormentas. También son algunos de los ecosistemas más susceptibles al cambio climático y al impacto humano, por lo que entender estos hábitats alternativos en los que ambos coexisten puede tener implicaciones a largo plazo para su conservación y manejo. Los autores fueron más allá y crearon un modelo para predecir dónde podrían existir otros hábitats CMC a nivel mundial. Su simulación sugiere que estas comunidades podrían ser comunes en todos los trópicos, con una mayoría en el Océano Pacífico. Investigaciones futuras deberían centrarse en estos sitios para obtener más información sobre la dinámica de los diferentes tipos de hábitats CMC y las condiciones ambientales que impulsan su establecimiento. “Este estudio también es un llamado a otros científicos para que busquen y documenten lo mejor que puedan las asociaciones entre manglares y corales coexistentes. A medida que haya más información disponible, comprenderemos mejor las condiciones ambientales que hacen que estos sistemas prosperen. Como tal, esperamos ver muchas más descripciones de los hábitats CMC en la literatura y cómo estas ocurrencias encajan en nuestra clasificación” dijo Araújo El Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales, en ciudad de Panamá, Panamá, es una unidad de la Institución Smithsonian. El Instituto promueve la comprensión de la naturaleza tropical y su importancia para el bienestar de la humanidad, capacita estudiantes para llevar a cabo investigaciones en los trópicos, y fomenta la conservación mediante la concienciación pública sobre la belleza e importancia de los ecosistemas tropicales.

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