Un equipo de botánicos, compuesto por José Luis Fernández-Alonso del Real Jardín Botánico de Madrid y Ernesto Campos del Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales (STRI) de Panamá, ha identificado seis nuevas especies de árboles del género Matisia, todas pertenecientes a la familia Malvaceae. Este descubrimiento fue posible gracias a la comparación de muestras de plantas secas almacenadas en herbarios de varios países del neotrópico, como Costa Rica, Colombia, Ecuador y Estados Unidos.
De las seis nuevas especies, tres fueron encontradas en Panamá: Matisia petaquillae, Matisia changuinolana y Matisia aquilarum. Las dos primeras especies fueron nombradas en referencia a los lugares específicos donde fueron recolectadas, mientras que Matisia aquilarum fue bautizada debido a la presencia de un nido de águila Harpía en el árbol, un hallazgo registrado por la ornitóloga Karla Aparicio y la botánica Ruby Zambrano. Las otras tres especies, Matisia genesiana, Matisia mutatana y Matisia rufula, fueron identificadas en Colombia.
El proceso de identificación incluyó un análisis exhaustivo de las colecciones de herbarios en Panamá, como los de la Universidad de Panamá, la Universidad Autónoma de Chiriquí y el Summit Canal Zone, en colaboración con Campos. Además, se incluyó una clave dicotómica actualizada para identificar las especies de Matisia en Panamá, ya que la última clave publicada data de más de 50 años.
Gracias a los esfuerzos de recolección de plantas a lo largo de las décadas, se logró identificar estas nuevas especies. Los herbarios, donde se conservan las plantas secas, son esenciales para la investigación, ya que permiten a los taxónomos comparar muestras de distintas regiones y descubrir nuevas especies, aunque este proceso puede llevar años. David Mitre, gerente de investigación de ForestGEO-STRI en Panamá, destacó que los herbarios no solo son colecciones de plantas secas, sino que representan una fuente continua de información sobre la biodiversidad a largo plazo.
Este tipo de descubrimientos resalta la importancia de proteger los ecosistemas, ya que los bosques de Panamá y Colombia albergan una rica biodiversidad que no solo es crucial para los animales locales, sino que también podría ser fuente de nuevos productos farmacéuticos y otros recursos aún desconocidos.