AMBIENTE

Te contamos de la actualidad en temas ambientales, lo que deben saber los amantes de la naturaleza aquí lo tenemos.

Escarabajos bajo el disfraz

Nota del Smithsonian Panamá La primera vez que observó una mancha azulada sobre una hoja en su jardín en Arraiján, Panamá, Annette Aiello pensó que era excremento de ave, pero su formación como entomóloga la llevó a observar de nuevo. Después de años estudiando mariposas mientras pasan de huevos a orugas, a posteriormente adultos, «fue engañada al pensar que era una oruga».

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Sistema fotovoltaico: luz en casa

La ubicación remota, el difícil acceso, la dispersión de las viviendas y la situación de pobreza y pobreza extrema de las comunidades rurales aisladas hacen que su acceso a servicios básicos, como la electricidad, sea inviable por métodos como la extensión de redes convencionales, debido a cuestiones técnicas, económicas, ambientales, sociales y logísticas, siendo esta falta de acceso a servicio eléctrico un impedimento para su desarrollo. En Panamá, ésta es la situación en la que se encuentran decenas miles de hogares, principalmente en las comarcas indígenas como Ngäbe-Buglé, y también en las provincias de Darién, Herrera, Bocas del Toro y Veraguas.

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Estudian desplazamiento del jaguar

Científicos de la Fundación Yaguará Panamá anuncian que ya tenemos el primer jaguar (Panthera onca) en llevar un collar GPS para su rastreo en Panamá con la finalidad de conocer sus desplazamientos, rango hogareño y uso de hábitat en un paisaje altamente modificado por las actividades humanas. Estos datos arrojarán información nueva de los jaguares panameños que también será una contribución importante en la región. Se trata de una hembra darienita bautizada con el nombre de “Chucunaque” de 4 a 6 años, 55 kilos y con buena condición de salud, que además se encuentra criando a dos cachorros de aproximadamente 9 meses, y que fue capturada y posteriormente liberada en el corredor de vegetación natural. En el proceso se realizó la captura y una vez sedada por médicos veterinarios fue posible manipularla y examinarla. Posteriormente, los especialistas de Yaguará Panamá toman los datos, medidas y muestras biológicas, y colocan un collar GPS para seguir sus movimientos durante un año por parte de los científicos panameños. El collar tiene un sistema especial que se abre solo y se cae después del año de monitoreo. Por último, se procedió a aplicar el antídoto que revierte el efecto de la anestesia y minutos después el felino comenzó a despertarse y a caminar por sus propios medios, mientras los especialistas se mantenían monitoreando su recuperación. Después de su liberación se han obtenido fotografías con cámaras trampa, registro de huellas y posiciones satelitales. Además, se están realizando sobrevuelos en helicóptero para rastrear y vigilar desde el aire el área donde se mueve Chucunaque gracias al apoyo de la empresa Panama Air Adventures. Todo esto nos permite asegurar que se encuentre bien después de su liberación. Como parte de la estrategia de protección del corredor para asegurar la conectividad del paisaje, se continúa con las actividades de monitoreo biológico con la captura de otros jaguares complementadas con educación ambiental en las comunidades de la provincia de Darién que forman parte del Corredor Biológico Mesoamericano y donde se encuentra la mayor población de jaguares en Panamá. El jaguar, el mayor felino del continente americano, es una de las especies más emblemáticas y carismáticas de los bosques tropicales. Es también una especie clave porque las condiciones del jaguar se consideran un indicador de buen estado para la conservación de los ecosistemas y la salud del medio ambiente. Al protegerlo estamos conservando los boques donde habitan, otras especies que viven con él y las fuentes de agua que necesitamos. Desafortunadamente el 40% de su hábitat natural en nuestro país se ha perdido y sus poblaciones están disminuyendo drásticamente principalmente por esta causa, y además por la escasez de sus presas naturales, el conflicto jaguar-ganadería, la cacería furtiva y el comercio ilegal. En Panamá la especie se encuentra catalogada en Peligro Crítico según la legislación nacional por el riesgo de su desaparición. Panamá es clave para la conservación del jaguar por ser la última y más estrecha porción del Corredor Biológico Mesoamericano que ha servido desde hace millones de años como puente terrestre natural entre América del Norte y América del Sur para las especies de vida silvestre. Ricardo Moreno, presidente de la Fundación Yaguará Panamá, investigador asociado de STRI en Panamá y explorador emergente de National Geographic, resaltó que “esto es un hito histórico para la ciencia y la investigación científica en Panamá al ser la primera vez que en nuestro país se le coloca este dispositivo que a un jaguar para seguir sus movimientos y saber cuánto tiempo permanecen en un área. No solo va a ayudar a generar mayor información sobre esta especie, sino a plantear mejores estrategias de conservación”. “Esta tecnología también permitirá localizar y proteger a Chucunaque, al igual que a sus dos cachorros, además de realizar actividades de educación y otras para ayudar a mejorar la convivencia entre las personas y estas maravillosas especies”, señaló Moreno. Por su parte el viceministro de Ambiente, José Luis Acosta, destacó que “Panamá es el punto clave para mantener la conectividad entre las grandes poblaciones de jaguares del continente americano, es por esto que lo anunciado hoy muestra cómo una gestión ambiental compartida entre el gobierno, la comunidad científica local y las comunidades pueden generar importantes aportes a la protección de la biodiversidad en nuestro país y en la región”. Este proyecto científico “Utilizando la tecnología para minimizar el conflicto entre seres humanos y grandes felinos en Panamá” fue financiado por la SENACYT y contó con el apoyo del Ministerio de Ambiente, SENAFRONT, la Policía Ecológica, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) a través del Programa de Pequeñas Donaciones (PPD), el Instituto Médico Howard Hughes (HHMI) y el Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales (STRI). Los trabajos son encabezados por el biólogo Ricardo Moreno junto a un equipo de más de 20 biólogos y veterinarios panameños acompañados de pobladores locales. Además, contó con la colaboración de otros especialistas latinoamericanos destacando la asistencia técnica de la médico veterinario y zootecnista, Ivonne Cassaigne, y el biólogo y especialista en manejo de felinos silvestres, Antonio de la Torre, de la Alianza Nacional para la Conservación del Jaguar en México. Cabe resaltar que desde hace años la Fundación Yaguará Panamá se encuentra utilizando la tecnología de collares GPS para monitorear otras especies de felinos silvestres como ocelotes (Leopardus pardalis) y pumas (Puma concolor), así como puercos de monte (Tayassu pecari) y coyotes (Canis latrans).

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Monos capuchinos de cara blanca bajan de los árboles en Isla Coiba, Panamá

Al cruzar un tramo de océano de 23 kilómetros desde tierra firme en Panamá hasta Coiba, la isla más grande en el Pacífico Oriental, un grupo de intrépidos biólogos esperaban encontrar especies nunca antes reportadas. Pero además de descubrir nuevas especies, el equipo del Coiba BioBlitz del 2015 se sorprendió al descubrir que los monos capuchinos allí pasaban mucho tiempo en el suelo. «La mayoría de nosotros hemos trabajado en Isla Barro Colorado (la estación de investigación del Smithsonian localizada en el lago Gatún en Panamá) donde los monos capuchinos están acostumbrados a las personas, pero nunca los habíamos visto pasar tanto tiempo en el suelo del bosque», comentó Claudio Monteza, quien está haciendo su Doctorado en el Instituto Max Planck de Comportamiento Animal y en la Universidad de Konstanz. “Nunca vimos a las mamás cargando bebés bajar al suelo como lo hicimos en Coiba. Incluso los grupos más habitados en Barro Colorado son muy cuidadosos con los bebés». Aislada del continente, alrededor de 12 y 18 mil años, Coiba es el hogar de plantas y animales que no se encuentran en ningún otro lugar de la Tierra. Cuando los españoles navegaron por primera vez a Coiba en 1516, los cronistas informaron que la isla estaba densamente poblada por pueblos indígenas, pero para 1550, la isla había sido despoblada, dejando solo un pequeño asentamiento de colonos españoles. Y de 1919 a 2004, la isla fue una colonia penal donde se restringieron los movimientos de los prisioneros, dejando la mayor parte de la isla a sus habitantes salvajes. Claudio sospechó que la valentía de los capuchinos de Coiba podría tener una explicación simple: Coiba carece de jaguares, de pumas, de tayras (comadrejas grandes), de coyotes, de jaguarundis y de ocelotes, todos identificados como depredadores de acuerdo con restos de capuchinos encontrados en muestras fecales. Una de las razones por las que nadie ha estudiado esto antes es porque es casi imposible para los investigadores observar los efectos de los depredadores que se asustan cuando se encuentran con científicos. Pero el equipo de Claudio resolvió este problema usando cámaras. Instalaron cámaras trampa a la altura de las rodillas en las bases de los árboles en Coiba y en una isla cercana mucho más pequeña llamada Jicarón. El movimiento activa las grabadoras de video en las trampas. Luego compararon los videos de monos en las islas con videos de cámaras trampa en tres sitios continentales: la estación de investigación STRI en Isla Barro Colorado, la cercana Península Gigante y en el Parque Nacional Soberanía de Panamá, parte de un estudio realizado por el científico Patrick Jansen como parte de la Red mundial de evaluación y monitoreo de la ecología tropical (TEAMS por sus siglas en inglés). «No registramos ningún depredador de mamíferos en las islas oceánicas, y había más depredadores en el Parque Nacional Soberanía que en Barro Colorado o la Península Gigante, os resultados fueron los que esperábamos en ausencia de depredadores: el tamaño de las tropas de monos en la isla de Coiba era mucho mayor que en cualquiera de los sitios de tierra firme» Comentó claudio Los monos en los sitios donde había depredadores también pasaron más tiempo en el suelo durante la mitad del día, cuando los depredadores están menos activos. Por el contrario, los monos en las islas del Pacífico no centraron su actividad a cierta hora del día. Las visitas más largas al terreno se realizaron en Jicarón (14.5 minutos) y las Islas Coiba (7.9 minutos). Los primates que descendían de los árboles jugaron un papel importante en la evolución humana, pero las explicaciones aún controvertidas generalmente implican cambios en el clima o la dieta.

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