16 de octubre de 2024

Édgar Soberón Torchia, autor de la obra Luna Nueva, gana Premio Ricardo Miró 2024

En medio de las presentaciones en el Teatro en Círculo de la obra Luna Nueva de Édgar Soberón Torchia, la noche del lunes 14 de octubre, en el Hotel Panamá, se abrieron las plicas secretas del Concurso Literario Ricardo Miró, el premio más importante de las letras panameñas, resultando ganador Soberón Torchia en la sección Teatro con Luna Escarlata, la tercera obra del cuarteto de piezas teatrales denominado Tetralogía de la Luna. Luna Escarlata, da continuidad a la primera pieza, Luna Park presentada en teatro para el año 2023 y ahora, Luna Nueva, que se encuentra en su última semana en cartelera con varias noches Sold out, en horario de 8:00 p.m. y el domingo 20 con dos tandas, 3:00 y 6:00 p.m. Es importante destacar que este es el quinto premio Ricardo Miró que gana el dramaturgo panameño, quien en esta ocasión se ha inspirado en casos de la crónica roja y hechos reales de la Ciudad de Panamá para completar esta tetralogía. Entradas disponibles enhttps://panatickets.boletosenlinea.events/eventperformances.asp?evt=1950 Para obtener más información pueden buscarnos en redes @lunasenescena

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“Mi vocación por el cine se dio muy natural, gracias a mi familia”: Amargit Giselle Pinzón Montenegro.

Raúl E. Rubio GuardiaEscritor y periodistaEspecial para lobuenosedice.com Una beca para estudiar cine en la Escuela Internacional de Cine y Televisión (EICTV), de San Antonio de los Baños, en Cuba, fue la oportunidad de oro para que Amargit Giselle Pinzón Montenegro descubriera todo lo fascinante que encierra el séptimo arte, y en especial contar historias extraordinarias que dejen un mensaje positivo a la sociedad. Su carrera profesional la ha llevado a entrevistar a grandes directores, sonidistas, actores y actrices del cine, permitiéndole tener un espectro más amplio del mundo, conocer otras culturas, además de compartir con mucha gente sus ideas y pensamientos sobre diferentes temas. En esta entrevista, Pinzón Montenegro nos da a conocer su punto de vista sobre el tema de llevar a cabo una producción audiovisual, los momentos memorables que ha tenido en esta industria, así como los diferentes proyectos en los que ha trabajado con grandes amigos y colegas. 1- ¿A qué edad descubriste tu vocación por el cine? Para serte honesta, Raúl, no pudiera decirte que una edad exacta. Creo que esto se dio muy natural gracias a mi familia, y te explico por qué. Mis padres son de esa clase obrera trabajadora que nacieron en los cuarenta/cincuenta y vivieron todo ese ADN de los grandes cambios sociales, económicos, culturales, artísticos, etc., de los años venideros. A pesar que ambos no tuvieron, digamos, una educación formal, pasando por todos los estándares sociales, ambos están muy bien educados. Yo recuerdo, que en mi casa no faltaban los domingos de desayuno hecho por mi papá (un rico emparedado, jugo o café) y después era escuchar el disco —en aquel entonces, acetato— de la Orquesta Filarmónica de la Unión Soviética (hoy Rusia), con la música del ballet de El Cascanueces, o de la obra Giselle (y he allí el porqué de mi segundo mi nombre). Mozart, Beethoven y otros grandes compositores ponían el tono especial de esos domingos en familia. Mi padre se tomaba muy en serio esas reuniones domingueras. Tanto mi madre como mi padre se apoyaban aún más en los quehaceres domésticos. Mi padre es un buen lector. Consume muchos libros. En casa no faltaban. Incluso ya en su vejez disfruta de un buen libro.En lo que respecta al cine, mi padre es algo exigente. No le agrada el terror absurdo, el drama regalado, ni mucho menos una película histórica que “nos diga tonterías” o absurdos. Para él una buena película debe tener una buena estructura, que lo haga pensar y, sobre todo, compartir una buena charla después de verla. Esto aún lo practicamos en casa. En cuanto a mi madre, siempre ha sido una mujer inquieta, muy fuerte, luchadora y amante al séptimo arte. Tal es el caso que, por ejemplo, el primer nombre de mi hermana es Liza (por Liza Minnelli) y el segundo es Romina (por la primera hija de Tyrone Power). Yo crecí viendo a John Wayne, Clint Eastwood, Gregory Peck, Audie Murphy, Lana Turner, Esther Williams, Tony Curtis, Joan Crawford, Marilyn Monroe, David Niven, Anthony Quinn, Jack Lemon, James Stewart y Grace Kelly, entre muchas otras grandes estrellas del llamado cine de oro. Una que otra película de Bela Lugosi, Boris Karloff o del gran Vincent Price a veces animaba una buena conversación, más en aquella época donde la TV pasaba estas películas. También se veía y se hablaba de Cantinflas, Agustín Lara, Pedro Infante, María Félix, Tintan, Jorge Negrete, Tongolele, Luis Aguilar, Tony Aguilar y Marga López, entre otras grandes estrellas del cine de oro mexicano.A mi madre le encanta el cine, lo disfruta mucho. A diferencia de mi padre, ella prefiere no ver tanto drama. Le gustan los musicales, las “películas alegres” que nos hacen reír, pero también reflexionar. Igual que a mi padre, le desagradan las películas con finales regalados. No le gusta el terror. Ella disfruta también de los thrillers y las películas de acción.Aún recuerdo las ocasiones en que mi madre me pasaba a recoger a la escuela por la avenida Perú, para luego caminar junto a mi tía por la avenida Central, que en ese tiempo aún conservaba la magia de contar con alrededor de cuatro cines. Las doble tandas existían, y aquí me recreaba junto a ellas con las películas de los “chinos voladores”, como mi tía las llamaba de forma jocosa. En cada tanda, se disfrutaba de la magia del séptimo arte. Recuerdo que, para una Semana Santa, en el cine Variedades (ese que quedaba a un costado de la iglesia en Santa Ana), entramos a ver una película sobre el tema y una de las cosas que jamás olvidaré fue ver en pantalla grande la mano de Jesús cuando estaba siendo clavado en la cruz. Eso me impactó mucho. ¡Me pasé más tiempo cubriéndome el rostro que viendo la película! Esas son cosas que uno jamás olvida. En mi casa siempre estuvieron presentes la imagen y el sonido, por así decirlo. De alguna forma, disfrutaba de esos espacios y momentos con mis padres, con mi hermana. Viéndolo desde cierta perspectiva, fueron esos momentos tan especiales los que me hicieron o, mejor dicho, inspiraron para dedicarme a la imagen en movimiento, para contar una historia, donde la gente que las vea pueda reunirse, compartir un buen momento y, con ello, un grato recuerdo. Es lo que te puedo decir. 2- ¿Siempre soñaste con ser cineasta? No. La verdad, nunca soñé con ser cineasta. Como te comenté anteriormente, se me dio de forma muy natural. Tampoco tengo un director, digamos favorito, ni tampoco un actor, o escritor, o editor, o una persona a seguir, como quizás otras personas te respondan.Eso de “yo quiero ser igual a x director” no va conmigo. Para mí el arte es tan inmenso como el universo, hay múltiples opciones y probabilidades, para poder desarrollarse, sea contando una historia para el cine, para una plataforma, o hacer contenido para una red social. 3- ¿Cómo fue que te interesaste para meterte de lleno en esta profesión? Esta es una pregunta interesante.

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